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Cuidar la piel

Cómo cuidar los pies a diario

Ya están aquí las chanclas, las sandalias y otros zapatos que dejan ver la piel de nuestros pies. En primavera y verano, muchos pensamos en cómo se verán nuestros pies con este tipo de calzado. Pero el cuidado de los pies no es solo una cuestión de belleza, es también una cuestión de salud y bienestar.


Cuida tus pies de forma natural

Para empezar, te proponemos algo tan sencillo como prestar atención a tus pies: ¿cómo los sientes, te duelen, los notas hinchados, fatigados…?


En segundo lugar, revísalos: ¿tienes rojeces, inflamación, callos, heridas, descamaciones…? A veces, no basta con prestarles atención, sino que hay que mirarlos bien.


Seguiremos con la valoración del calzado: ¿te aprieta, te roza, es cómodo…? Al adquirir nuevos zapatos, sean del tipo que sean, es necesario valorar su comodidad y su ajuste, evitando tanto que el pie quede suelto como que sea demasiado ajustado. Es importante que sea transpirable y que no acumule humedad. Es recomendable alternar los pares de zapatos para permitir que se sequen entre uso y uso. También medias y calcetines deben ser transpirables y deben cambiarse a diario.


Una rutina diaria de cuidado de los pies

Algunos pasamos muchas horas de pie en un lugar, otros no paramos de ir de aquí para allá y también están los que le dan mucho trote a sus pies: ya sea que salen a correr, que suelen ir descalzos o que los exponen a la humedad de las piscinas. Todos necesitamos cuidar de nuestros pies y mimarlos, ellos son la base de nuestro cuerpo y nos permiten ir de un lado a otro.


Por eso te proponemos una rutina diaria de cuidado de tus pies. Al llegar a casa, es importante cambiar de zapatos, ponernos un calzado más cómodo, caliente en invierno y fresco en verano. Como no tenemos que caminar tanto, podemos permitirnos un calzado más cómodo.


Y en ese momento, al llegar a casa, cuando notemos nuestros pies hinchados y estresados, una buena opción es tomar un baño caliente con las sales de baño para pies de Kneipp. Estas sales proceden de la mina Luisenhall, la única de Europa que todavía usa el método tradicional de extracción de sal en abierto. Las sales termales se obtienen de una salmuera que mana del interior de la tierra, desde una profundidad de 460 metros y que procede de un antiguo mar desecado de 250 millones de años de antigüedad. Origen que la libera de influencias externas y aditivos.


Las sales de baño contienen además extracto de caléndula, que regenera y calma las zonas sensibles de la piel, y aceite esencial natural de naranja que proporciona una agradable sensación de frescor cítrico y revitaliza los sentidos. Con todo, las sales ofrecen una limpieza natural de los pies y un efecto desodorizante, a la vez que suavizan las callosidades.


El baño no debe durar demasiado tiempo, debemos retirar los pies del agua antes de que se arruguen y secarlos a conciencia y con cuidado, especialmente entre los dedos. Ahora podemos aprovechar para cortar las uñas y retraer las cutículas con un bastoncillo adecuado.


Acto seguido, podemos usar un producto hidratante específico como el bálsamo para pies de Kneipp. Nuestro bálsamo te ayudará a hidratar, calmar y suavizar la piel seca y endurecida de los pies gracias a su 10% de urea y al pantenol. Aprovecha la aplicación para darte un suave masaje, movilizar el pie, estirar sus dedos y los sentirás como nuevos.


Si tienes callos o asperidades, puedes aplicarte la crema intensiva anti callos de Kneipp. Nuestra crema anti callos reduce la córnea de forma efectiva y duradera, con lo que la piel vuelve a ser suave y flexible.


Ya los ves, con la rutina diaria de cuidado de los pies de Kneipp, podrás lucir unos pies sanos, hidratados y bonitos este verano. ¿Te animas a enseñar tus pies?