Para 2 porciones.
300 g de patatas pequeñas
100 g de hierbas silvestres
1 zanahoria grande
Para el aderezo:
1 chalota pequeña
½ limón
1 cucharadita de jalea de membrillo o saúco
½ cucharada de mostaza
4 cucharadas de aceite de linaza o de cáñamo
Sal marina
Pimienta (recién molida)
Para el crujiente de curry:
2 cucharadas de semillas de girasol
2 cucharadas de linaza
½ cucharadita de curry en polvo
1 cucharadita de jarabe de arce
Cubrir las patatas con agua fría, llevarlas a ebullición y cocerlas tapadas durante unos 20 minutos hasta que estén blandas.
Mientras tanto, lavar las hierbas silvestres y secarlas, retirar los tallos gruesos. Pelar las zanahorias y, con un pelador hacer tiras finas.
Escurrir las patatas y dejarlas cocer brevemente.
Para el aderezo, pelar la chalota, partirla por la mitad y cortarla en dados finos. Exprimir el limón. Mezclar la mostaza, la chalota, el zumo de limón, el membrillo y el aceite hasta conseguir un aliño cremoso. Salpimentar y reservar el aliño.
Para la cobertura, tostar ligeramente las semillas de girasol en una sartén sin grasa a fuego lento. Añadir las semillas de lino a la sartén un poco más tarde y tostar ambas semillas hasta que empiecen a oler a fragancia. Mientras tanto, remover a menudo para que nada se queme. Añadir el curry y el jarabe de arce a la sartén y remover hasta que se dore. Retirar el crujiente de la sartén y dejar enfriar.
Cortar las patatas en rodajas gruesas, mezclarlas con las hierbas, las tiras de zanahoria y el aliño, repartirlas en dos platos y espolvorear el crujiente.