Los 5 mitos del verano
Cada verano oímos las mismas afirmaciones que se repiten miles de veces y acaban por parecernos reales. A continuación, desmontamos los 5 mitos más populares del verano para que puedas disfrutar de tus vacaciones sin poner en riesgo tu salud.
1.A más protección solar, menos moreno
Un mito totalmente falso. El factor de protección solar no mantiene relación con el moreno, sino que indica el tiempo que la piel puede estar expuesta al sol sin riesgo. Hay pieles que requieren más tiempo para broncearse, pero aplicar un protector solar más bajo no te bronceará más rápido, sino que te obligará a reponer con más frecuencia la crema solar. Además, el protector no es una garantía total, pues no nos protege de todos los rayos UV. Algunos penetran en la piel, por eso es tan importante tomar más medidas cautelares, como llevar sombrero, taparse con ropa, proteger los ojos, mantenerse a la sombra e hidratar la piel.
2.Una piel de tono oscuro, más protegida del sol
Es cierto que las pieles oscuras tienen menos riesgo de quemarse, pero también debes saber que la exposición solar aumenta el riesgo de cáncer de piel sin necesidad de sufrir quemaduras solares, según la American Cancer Society®. En definitiva, estar bronceado no implica estar más protegido, en absoluto.
3. Adiós al acné en verano
Según profesionales de Dermatología del Hospital del Mar en Barcelona, “es cierto que en muchos individuos el acné mejora durante los meses de verano y con la exposición solar, aunque también es cierto que este efecto es temporal y habitualmente las lesiones vuelven a empeorar una vez pasado el verano.” El mar y el sol ayudar a secar las pieles con granitos, pero a la vez el calor genera un efecto rebote que activa las glándulas sebáceas. Es recomendable escoger protectores solares sin grasa, tipo “oil free”.
4.Ante picaduras de medusa, agua dulce
Según la Dirección General de Emergencias e Interior del Gobierno de las Islas Baleares, en caso de sufrir una picadura de medusa, se debe salir del agua y lavar la herida con agua de mar sin frotar con ningún objetivo (toalla o arena). Además, advierte del peligro de aplicar agua dulce, “ya que el cambio osmótico activa los cnidocistos que quedan en la piel, lo que aumenta la cantidad de veneno inoculada.”
5.Los golpes de calor, solo bajo el sol
El golpe de calor, fiebre térmica o insolación se produce cuando la temperatura corporal es mayor de 40 grados, afecta a órganos vitales y tiene una mortalidad del 70% si no se trata adecuadamente. Se diferencia del golpe de sol o la insolación solar porque éstas provienen de la exposición prolongada al sol, pudiendo derivar en un golpe de calor, aunque éste se puede generar sin estar bajo el sol.
Lo explica la Dra. Ana Pedemont, médico internista e intensivista: “Los factores predisponentes son fundamentalmente dos; Las altas temperaturas ambientales y la insuficiente ingesta de agua para prevenir la deshidratación y estar en condiciones de producir adecuada sudoración.” Además, alerta que “la situación empeora si hay humedad. El sudor es más efectivo para disminuir la temperatura si el tiempo es seco, y menos efectivo si es húmedo.” Por ello, recomienda beber cada hora, aunque no se tenga sensación de sed, y si se practica ejercicio, hay que beber entre 1,5 y 1,8L en las tres horas anteriores.