¿Cómo influyen los aromas en las personas?
Desde los 3 años los seres humanos ya tenemos desarrolladas las células olfativas al completo y somos capaces de distinguir hasta 500 olores, aunque algunos expertos pueden llegar a los 3.000 olores. De forma consciente o inconsciente los aromas tienen efectos en nuestra vida diaria. Por este motivo, es clave conocer cómo pueden influir los aromas de forma beneficiosa para mejorar el estado físico y mental de las personas.
¿Qué es la aromacología?
Dentro del mundo de los aromas encontramos la aromacología. La aromacología es la ciencia que estudia los efectos de los aromas sobre el sistema nervioso central, de modo que establece relaciones verificables desde una perspectiva científica y de forma estadística. Esta disciplina trabaja a partir de la síntesis de los principios activos procedentes de determinadas plantas aromáticas.
Su origen proviene de la década de los años 70 y 80, por lo que se trata de una ciencia relativamente moderna. Ésta vincula los efectos temporales de la fragancia sobre los sentimientos y las emociones a través del estímulo de las vías olfativas. Se fundamenta en una vinculación directa entre los aromas y la psicología humana, por lo que a través del estudio científico se pueden relacionar estímulos olfativos y respuestas emocionales.
Según un estudio japonés, los aceites esenciales estimulan el sistema nervioso simpático, mientras que otros lo calman. Esto sucede porque el sistema nervioso puede alterar efectos fisiológicos, por ejemplo, el ritmo cardíaco, la conducción de la piel, la presión arterial, la actividad eléctrica del cerebro o el proceso de aprendizaje. En otras palabras, los aromas pueden influenciar la bioquímica del sistema nervioso.
La aromacología VS aromaterapia
En ocasiones existe cierta confusión entre la aromacología y la aromaterapia, aunque se tratan de disciplinas similares, pero diferentes.
Por un lado, la aromaterapia es una técnica ancestral basada en el extracto de los aceites esenciales puros, extraídos directamente de la naturaleza, que tienen un efecto terapéutico.
Por otro lado, la aromacología se enfoca en el estudio científico de la acción de los aromas sobre la zona psíquica y aporta beneficios contrastados a nivel emocional, cognitivo y conductual.
Esta ciencia usa los aceites esenciales y fragancias (esencias sintéticas) y el aislamiento de la síntesis de los principios activos de las plantas.
Las propiedades de los aceites esenciales
Pero, ¿cómo podemos aplicar estos efectos en las personas? A través de la extracción de las propiedades del aroma a partir de las esencias o los aceites esenciales.
Los aceites esenciales son extractos de plantas naturales que podemos encontrar en flores, árboles, raíces o semillas, que contienen numerosas propiedades de gran valor. Se pueden extraer por destilación con vapor de agua o exprimiendo las partes de las plantas.
Cuida tu piel y bienestar
En la actualidad existen distintos modos de aplicar los aceites esenciales para cuidar de la salud y el bienestar:
Por inhalación o aromaterapia: Se puede utilizar un humidificador o añadir unas gotas del aroma en agua caliente para inhalar el vapor.
Por vía tópica: Se puede aplicar sobre la piel. A través de baños relajantes, masajes, o con geles, mascarillas, compresas, etc.
En Kneipp® utilizamos la acción aromacológica de los aceites esenciales en nuestra línea de cuidado corporal. Estos productos cosméticos se aplican sobre la piel durante la ducha o después y contribuyen a activar los sentidos, logrando relajar, estimular, revitalizar o equilibrar el cuerpo y la mente, entre otros.
Cada fragancia tiene sus propios efectos y cada individuo sus propias sensaciones, aunque existe un patrón cognitivo que nos define.
“Apenas existen dos plantas que desprendan el mismo olor, y también podemos decir claramente que cada una tiene un efecto específico”, Sebastian Kneipp
Los aceites esenciales ejercen su acción a través de los aromas, sin embargo son los aceites grasos (o vegetales) que le confieren el poder nutritivo e hidratante a los productos. Así, se consigue nutrir la piel seca, mejorando la sensación de la piel durante y después de la ducha, además de aprovechar el poder curativo del agua.
Si te apasionan las fragancias y tu momento del baño es sagrado, te animamos a conocer más sobre el mundo de los aromas, gracias al poder de las plantas y de sus aceites esenciales.