MINDFULNESS: Consejos para principiantes
El minfuldness ha llegado para quedarse, y sus beneficios para el cuerpo y la mente están más que demostrados. Esta práctica, que cada vez cuenta con más adeptos, se basa en la meditación y tiene un claro objetivo: conseguir centrarnos en el momento presente, el “aquí y ahora”.
Beneficios de realizar mindfulness
Incluir mindfulness en nuestros hábitos cotidianos es apostar por una mayor calidad de vida, ya que entre otros muchos beneficios, nos ayudará a conectar con nosotros mismos, aprender a escucharnos, a relajarnos, reconocer nuestras necesidades internas y, sobre todo, a vivir tomando conciencia plena de cada instante.
Encontrar un ratito en nuestro día a día para dedicarlo a nosotros puede parecer complicado, pero si lo hacemos, pronto veremos los resultados.
Si has decidido iniciarte en la práctica de mindfulness, aquí tienes algunos consejos para ayudarte en el proceso. 6 consejos para empezar:
- ¡Comienza con 5 minutos!: No es necesario que medites media hora al día. Bastará con que comiences con 5 – 8 minutos diarios para luego ir progresando. Lo ideal es llegar a los 20 -30 minutos, pero con sólo 10 minutos al día será suficiente para sentir sus beneficios.
- Elige un lugar tranquilo y el momento adecuado: Puede ser por la mañana antes de iniciar tus tareas o al finalizar el día. Se trata de encontrar el momento idóneo para ti.
- Ponte ropa cómoda: Sólo necesitas ropa cómoda, que no te apriete o incomode para que no te distraiga del objetivo ni te reste concentración.
- Prepara tu mente: Relájate unos minutos, olvídate de todo por unos instantes para disfrutar de tu momento. El bienestar que te aportará el mindfulness te ayudará a centrar tus energías después en todo lo demás.
- Cuida tu posición: La posición ayuda a que el cuerpo tome conciencia de que te dispones a meditar. Una buena postura es sentarte con la espalda recta, los hombros erguidos y la barbilla algo inclinada. Cierra los ojos y… ¡Comienza!
- Respira: Céntrate en observar tu respiración. Inspira profundamente y espira despacio, de forma pausada. Presta atención a las sensaciones de tu cuerpo y luego, observa cada uno de los pensamientos que recorren tu mente.
¡Ya estás practicando mindfulness! Hay muchos ejercicios y muchas formas de hacerlo. Puedes ir probando hasta que encuentres la que mejor se adapte a ti. Lo importante es tener paciencia y ser constante para obtener los beneficios de esta filosofía de vida que consigue acallar los ruidos externos y acercarte a tu esencia. Y si deseas un aporte extra de calma y bienestar, puedes incluir en tu aseo diario el Gel de ducha Balancing, con aceite esencial de lavanda que relaja cuerpo y mente después de un día ajetreado, dejando la piel suave y tersa.